8.31.2007

Quiero bailar con la más fea

Tengo la costumbre de tratar de armar modelos de cualquier cosa, sacar un patrón de cómo van dando las cosas y de acuerdo a eso tratar de adivinar lo que va a pasar después y con eso armar algo que se pueda aplicar a otras situaciones. No creo que se pueda adivinar el futuro (aunque a veces tenga esos putos presentimientos que tanto odio), pero no me puedo aguantar eso de "pronosticar" y después comparar con los resultados. Juegos de quien se acostumbró a jugar de a uno.

Una de las cosas que se desprenden de eso es armar algo tipo reglas o leyes, algunas de lo más absurdas, otras quizá no tanto, otras son justificaciones de alguna "ley" absurda que escuché por ahí, que sirven más que nada para provocar alguna risita contenida cuando esa supuesta ley se cumple.

Una de ellas se aplicó originalmente a las salidas, ir a cazar, digo bailar, cosa que hacía en mis años mozos... hace como año y medio :-P. Esta ley decía algo así como "nadie te da pelota, hasta que te dan pelota", y se refería a que no importaba ni el resultado del tiempo invertido en producción, ni la actitud ganadora, ni el lenguaje corporal, no existías hasta que alguien se daba cuenta y a partir de ese momento todo el mundo se daba cuenta de que estabas ahí... al mismo tiempo. Por lo general era a última hora, cuando estaba a punto de irme. Probablemente fuera más eso de "y bueno, me quedo con lo que sobra antes de quedarme con las manos vacías" que la reglita, pero es más agradable para el ego adjudicarle el hecho a la última.

Y un buen día esta "ley" salió del contexto salida y pasó a otros aspectos de la vida. Y me pasó de nuevo, el martes alguien se dio cuenta que estoy sentadita frente al monitor levantando la mano y agitando mi cv (que a estas alturas tiene un terrible cartel luminoso de "gran oferta liquidación" encima) y me señaló con el dedo y me dijo "vos, vení", y a partir de eso cuatro más dijeron "oia estaba ahí al pedo" y apuntaron los cañones, y de miércoles a jueves ya dije que no a cuatro y me quedé (por supuesto) con el más lindo el más mejor de los cinco, que es el más jodido, el desafío más grande, el que tiene la mayor responsabilidad encima, el más peligriento, el menos cómodo, el que me va a hacer madrugar más aunque odie madrugar y prefiera trasnochar, ese que no se parece ni de casualidad al ideal que me armé cuando hice mi última revisión de la estrategia de búsqueda.

Por supuesto que el ideal que pensé era muy diferente al que tomé como el que aspiro (aspiraba) a conseguir, mi idealidad está demasiado lejos de lo posible, pero lo que terminé eligiendo (rayos, elegí, YO elegí) es completamente opuesto a los dos.

Tratando de buscar (o armar un patrón o ley, es un vicio) del motivo de mi decisión me doy cuenta que no es algo nuevo, y me parece que el modelo de lo que yo quiero siempre termina siendo el modelo de lo que no quiero y lo armo para tenerlo presente, pero dentro de mi lógica esto no tiene ningún tipo de razón lógica, así que quedará picando para el día que decida poner en otra persona la tarea para nada envidiable de tratar de descifrar lo que hay adentro de mi cabeza.

Hace cuatro días que tengo la sensación de estar viendo una película larguísima, y que en cualquier momento aparecen los títulos, la gente aplaude y se va y yo me quedo esperando el cartelito que dice "dolby digital", mi señal para levantarme de la butaca.

Anyway, el lunes empiezo :-D

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