8.26.2008

Un sueño

Estoy sentada en la arena blanca de una playa que desaparece en los límites del alcance de mis ojos, a la derecha y a la izquierda. La arena es tan fina que es una delicia sentir el roce de los granitos entre los dedos de mis pies, agarro un poco con las manos y trato de que no se me escape, sin éxito.

Parece lluvia, lluvia translúcida de granitos diminutos de brillante y tibia arena blanca. Miles, millones de pequeñas joyas se interponen entre mis ojos y un océano azul de agua limpia, debajo de un cielo azul de aire limpio en el que algunas nubes le hacen de espejo a las olas que se acercan a la orilla.

Vuelvo a meter las manos en el montón de arena que tengo delante, levanto otro puñado y lo dejo caer en otro chaparrón de brillitos, y se me nublan los ojos, y veo que dos de esos granitos son míos, y me animo a soñar que se puede, que es tan fácil como mover un poco los dedos, que algún día voy a estar sentada en esa playa hundiendo los dedos de las manos y los pies en arena tibia, que voy a cerrar los ojos y esa arena me va a hacer cosquillas en la cara y voy a oler el agua salada y voy a sentir el calorcito de la luz del sol, y todas las preocupaciones se van a ir, y no va a haber nadie que la esté pasando menos mejor que yo.

El año pasado leí sobre tres ideas para dejar de lamentarme y hacer algo o sentir que estoy haciendo algo para cambiar lo que no me gusta.

En el Pangea Day participé viéndolo por televisión, no había mucho más que pudiera hacer con los medios con los que cuento.

Todavía no aporté nada para KEO, todavía estoy rodeada de demasiado gris y no me sale nada que considere útil o aunque sea lindo como para decirle a los que van a venir. Y el proyecto parece que se quedó ahí, al menos no hay noticias de que hayan lanzado el satélite y el formulario para mandar el mensaje todavía está disponible.

Pero si aporté mi granito el 15 de octubre del año pasado, y pienso hacerlo este año. El tema para el Blog Action Day este año es la pobreza, y ya tengo pensado el tema. Si querés pasar por acá ese día quizá te lleves una sorpresita :-)

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8.21.2008

Potpourri

El potpourri (o popurrí) es esa mezcla de pétalos secos, frutos de vegetales no identificados varios y virutas de colores, todo perfumado, que se vende para poner en bonitos frasquitos y perfumar de forma decorativa. Dependiendo de la calidad es una mezcla de cosas que se ven lindas y largan olorcito más o menos agradable. Este post pretende ser una especie de potpourri, un resumen de cosas que me pasaron disfrazado de otra cosa.

Les dejo una foto de un potpourri, después el resto del post.



Para variar mi memoria se niega a recordar órdenes cronológicos, así que va por orden de aparición en mi cabeza.

Se acuerdan del corazón que prefirió ser papa? El guacho no para de crecer, si sigue así para diciembre me pongo a trepar y me voy al reino de los gigantes. Quizá sea más lindo que acá y hasta me adopten como mascota. Me gustaría ser mascota, me darían de comer, me pondrían ropa ridícula, me harían hacer monerías y cosas ridículas para entretener a mis dueños... peren... ya me hago eso solita. Volviendo, mi mami me dice el otro día "mirá lo que te conseguí" y me regala un corazón de papa nuevo, más grande que el anterior, y como más cachetón, si lo doy vuelta parece un culito. Me dio cosita, el hueco que dejó el que no quiso ser todavía duele pero ya se estaba cerrando, y justo cuando empiezo a disfrutar de los beneficios de no tener corazón me dan uno más grande. Está ahí en la heladera, en la misma bolsita en la que me lo dieron, y no amaga con no querer ser corazón. Me hizo acordar a una planta que tenía mi mami, el árbol de la moneda. Se quejaba todo el tiempo de la planta esa, que era muy grande, que la maceta, que el tronco, que las hojitas. Una navidad se la llevó a mi abuela, y cuando vuelve recibe para su cumpleaños de regalo un.... árbol de la moneda. Esa plantita todavía está en la casa, y está cada vez más grande.

El mes pasado vino de lejos una de las personas que más quiero en el planeta, estuvo conmigo en casa y en ese ratito el tiempo retrocedió diez años, y los colores aparecieron y desalojaron a lo gris, y se me desimpermeabilizó la cabeza y otra vez tuve ganas de hacer un montón de cosas, pensar en el futuro, hacer planes. Y el tiempo se pasó y se volvió a su casa, y me quedé con esa sensación de querer juntar agua de lluvia con las manos y no poder, y todo se puso sepia otra vez, y tomé conciencia de la chatura que me rodea y lo aplastante que se siente a veces. Pero me quedó un proyecto, algo sin fecha de vencimiento, algo que vamos a hacer cuando podamos, no importa si pasan meses o años. Y en el fondo algo me dice que lo tengo que hacer y que va a ser algo bueno, pero eso es tema para otro post.

Y lo más importante, esa cosa chiquita que le bailaba malambos adentro de la panza a mi cuñada decidió que no iba a aguantar una semana más, que no importaba que la tía tuviera un examen y decidió salir a hacer de las suyas, así que desde ayer 20 a las tres de la tarde tengo un título nuevo: TIA. Así, con mayúsculas. Y como corresponde a toda tía malcriadora y babosa, dejé de lado mi libro y mis apuntes y me puse a terminar los souvenirs a los pedos, y el libro de visitas para que le escriban cosas lindas así las lee de grande, y el cartel con su nombre para la puerta de la habitación en el sanatorio y en la casa. Y como siempre, me puse a hacer todo sola, y como era de esperarse, no llegué a terminar con todo. Pero falta poquito y esta noche queda todo listo, a la mañana tempranito me hago una escapada para ver otra vez al pende que hoy me miraba con un solo ojo y no me quiso agarrar el dedo y me dio un empujón en la mano, le dejo lo que falta y trataré de leer algo para no dar tanta lástima en el examen. Lo más importante va primero, un examen lo puedo volver a rendir, pero darle la bienvenida como corresponde a mi primer sobrino... eso se hace una sola vez en la vida :-)

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