4.16.2007

El mundo con otros ojos

Hace más de un mes mi querido monitor de 17'' sufrió una descarga y tuve que mandarlo a reparar. Mientras tanto estuve con uno que me prestó mi viejo, más chiquito (mi primer monitor), que me sirvió para seguir teniendo máquina en casa mientras arreglaban el otro. Desde hace un par de días tengo a mi monitor reparado y funcionando en casa. Cuando lo conecté y lo encendí por primera vez, la impresión de ver las imágenes tan grandes y brillantes fue tan fuerte que le dio impulso de nuevo al hamster, y me puse a pensar...

Pensé en que nunca había notado que las cosas en un monitor grande se ven mucho mejor, se pueden apreciar los detalles, los colores, las luces y las sombras. Cuando pasé de usar el grande al más chico el cambio no era tan notable, quizá un poco de incomodidad por tener menos superficie para ver las cosas, era como estar mirando por una ventana más chica, pero en un rato ya me había acostumbrado. Pero al ver todo grande otra vez las cosas cambiaron, todavía me siguen sorprendiendo los detalles que estoy descubriendo otra vez. Porque estuvieron todo el tiempo, pero dejé de verlos.

Y me puse a pensar que esto no pasa solamente con los monitores, pasa en la vida. Cuando tenemos una imagen amplia de todo podemos apreciar todos los detalles, un gesto, el olor de las plantas cuando todavía hace frío pero se acerca la primavera, ver aparecer la primer estrella, el sonido de una voz, un libro, una buena imagen. Pero a veces las cosas se complican, aparecen los problemas, viene la tristeza y nuestra visión se hace más chica, más acotada, más vulnerable porque lo que hay es poco y es más fácil romperlo, y casi no notamos que la ventana se achicó.

Y cuando las cosas cambian y el campo visual es más grande, la diferencia es increíble, es como abrir la ventana, saltar y enfrentarse al paisaje completo, a la foto de 360°. Y aunque volvamos a ver como veíamos antes, la magia de ese momento no se puede comparar con nada, es como descubrir todas las cosas otra vez, es uno de esos momentos que no hay que olvidar, aunque hayan pasado miles de momentos iguales, aunque haya miles de momentos así más adelante en el camino.

Y es justamente esa magia la que sentí cuando volví a mi viejo y querido monitor. Porque todo se veía más grande, más luminoso, un resplandor de esos que casi lastiman, que obligan a cerrar los ojos y abrirlos de a poco para ir acostumbrándose. Y es justamente esa magia la que va a llegar pronto, ya no solo mirando a mi adorado monitor, sino cuando salga a la calle y el mundo sea diferente.

Les conté ya que necesito de la magia para vivir? No? Bueno, pronto lo voy a hacer :).

P.D.: hacele click a la ventana si querés darte una idea de a qué me refiero.

6 comentarios:

Sebastian dijo...

Pues esta sí que es una Salitou inspirada!!
La verdad que es excelente este post.
Es así, es tan patente, tan evidente que asusta el ver cómo la influencia de uno en lo que lo rodea cambia pasmosamene con el cambio de actitud. Como sos vos mismo el que se pone las anteojeras y el día que notás que ves más allá es como si todo funcionara diferente.
Brindo por su visión amplia, Salitou!
Besos.

Jota Hache dijo...

Magic dust...

Como quien dice, la vida no es color de rosa y los grises son los que abundan. Que suerte que mi monitor es grandote y colorido (a veces... cuando no estoy envuelta en la lluvia).

Gracias por visitarme.

Besotes y se exactamente a lo que te referis.

Salitou dijo...

Sebas: a veces lo más amplio asusta y aplasta un poco, falta el aire, pero si algo me asusta, allá voy a hacerle frente ;)

Mua: a veces la lluvia torrencial puede ser la cosa más bella para todos los sentidos. El gris está de moda, pero prefiero los monitores con colores :). Abrazo, volvé cuando quieras que tenés invitación abierta ;)

Josie Janeway dijo...

que sabiaaaaa!!!!
Tal cual salitou, aunque yo tengo un ejemplo más mundano: a los miopes mal como yo nos pasa que si usamos anteojos vemos bien, andamos bien el el mundo,vemos colores y cosas obvio, pero si nos ponemos lentes de contacto con todo todo el aumento que necesitamos, de ptonto descubrimos que los árboles tienen muchas tonalidades de verdes, y muchas ramitas muy pequeñitas y finitas que hasta ese momento jamás habiamos visto. Es maravilloso.

besote, que lindo andar x aquí.
Jou

Salitou dijo...

Jou querida! Me pone refeliz verte por acá :)
Sabés que me pasó algo curioso, cuando usaba anteojos veía todo como desde más arriba, quizá por eso de mirar el piso y verlo lejos, y cuando salí con los lentes de contacto veía todo como desde abajo, fue una sensación un tanto aplastante. Pero si es cierto lo de los detalles, los anteojos son la ventanita perfecta para mi metáfora.
Que sigas bien, me gustó que pases por acá :)

Anónimo dijo...

Gracias