6.22.2007

Fenix

Salí a la calle apurada, lo único que quería era llegar a mi casa. Di la vuelta en la esquina y se me cayó la máscara. No pude sostenerla, tampoco atajarla en el aire, se fue derecho al piso y se hizo pedazos.
Tenía muchos años ya, era mi máscara preferida, la de la sonrisa grande (la más falsa que pude pintarle). Estaba agarrada con dos clavitos, los vi torcidos y oxidados entre los restos.

Y me quedé mirándola, en cuclillas al lado del montoncito ahora sin vida ni sentido. La gente pasaba a mi alrededor sin darse cuenta de nada. Pude ver lo que alguna vez fueron los ojos, la sonrisa partida en tres pedazos. Se notaban las capas de pintura de todas las sonrisas falsas que le dibujé desde que me la puse por primera vez.
Por qué me puse una máscara? Fue hace tanto tiempo que ya olvidé la respuesta.
Tenía necesidad de hacerlo? Seguramente, si no jamás hubiera gastado el tiempo que me llevó hacerla. De eso si me acuerdo, la hice capa por capa, al principio era muy fina, frágil, se rompía de nada. Pero a fuerza de apilar más y más pintura se hizo resistente, dura, rígida, invulnerable. Pero también pesada.
Junté todos los pedazos en un pañuelo de papel (todos), lo guardé en la cartera y seguí caminando.
Qué hago ahora que no tengo máscara? La gente que pasaba a mi alrededor parecía no darse cuenta de nada.
Era mi máscara era una copia tan real de mi cara que no se notaba que la tenía puesta? O todos usaban máscaras y por eso nadie podía notar la diferencia? Me parece que era un poco de lo último y otro poco de que nadie mira para afuera cuando va por la calle.
No me di cuenta ni por dónde iba ni dónde estaba, en lo único en lo que podía pensar era en cómo iba a seguir sin mi máscara. Los pedacitos hacían ruido adentro de la cartera, metí la mano para tocarlos y todavía estaban tibios, mis dedos adivinaron los últimos latidos. Dejé la mano dentro de la cartera hasta que no pude sentirlos más.
Necesito otra máscara. Pero... con qué la hago? de dónde saco tantas mentiras para hacer otra buena máscara? necesito mentiras para hacerla?. Es que mi máscara no estaba hecha de mentiras, estaba hecha de espejos, reflejaba lo que los demás querían ver, para que se sintieran a gusto y felices consigo mismos, ombligos del mundo, y me dejaran ser lo que yo quisiera detrás de mi máscara, solo para mi.
También necesitaba otra sonrisa. La mejor, la más falsa y perfecta que se pueda conseguir. Estaba llegando al obelisco cuando me acordé de las veces en las que dije "dibujame una sonrisa". Esas palabras que alguna vez sonaron tan bien se hicieron pesadas, densas, como el cantito repetido una y otra vez que termina asqueando. Dibujame una sonrisa. Musiquita pegajosa, la cancioncita del verano, del otoño, invierno, primavera. El mindpod a pleno gritando "dibujame una sonrisa todo el tiempo".
Tantas sonrisas falsas y desprolijas, forzadas, pintadas una encima de la otra empezaron a dañar la máscara, la hicieron pesada, empezaron a resquebrajarse y las grietas se extendieron, se separaron, y la máscara se rompió ni bien tocó el suelo. La solución era una máscara sin sonrisa, pero qué sentido podía tener una máscara triste? Necesitaba una sonrisa, la más falsa de todas, tan falsa que pareciera perfecta. Las sonrisas perfectas no existen.
Seguí caminando por inercia, mis pies ya conocían el camino de memoria y no molestaban a mi cabeza (ni a mi mindpod) y en unas pocas cuadras supe qué hacer: podía usar espejos para hacer una nueva máscara. Espejos me sobran, colecciono desilusiones y en el kit del coleccionista tiene todos los espejos.
Ya podía ver la nueva, una máscara liviana, resistente, mejor agarrada que la anterior, una máscara que dure y que tenga un gran espejo en lugar de la sonrisa, así reflejaba una diferente cada vez y no tenía que cargarla de pintura. Tenía la solución completa entre las manos, como si tuviera un regalo sin abrir y estuviera empezando a desarmar el moño... pero se me hizo un nudo ciego... por qué nadie había notado que usaba una máscara? Por qué nadie se vió que la máscara estaba tan deteriorada? Y la más importante, por qué nadie se daba cuenta de que ya no tenía una máscara?
Porque solamente yo podía verla.

Todos los personajes, máscaras y hasta esta historia son ficticios. Ninguna máscara fue dañada en el proceso de redacción. Cualquier coincidencia con la realidad es puramente intencional.

2 comentarios:

Sebastian dijo...

Muy bueno, Salitou.
Muchas de las barreras que nos ponemos o limitaciones que tenemos en relacionarnos con el entorno se manifiestan en proyectar hacia afuera las inseguridades propias como adjudicándolas a la mirada escrutadora de los que nos rodean.
Despertemos, no somos tan importantes. A la mayoría le importa un carajo de nosotros y no influímos en lo más mínimo en sus vidas porque hagamos esto o lo otro. Y a la minoría a quienes sí le importa, justamente, como les importa, nos aceptan sin máscaras y no necesitamos hacer un personaje para estar bien con ellos.
En efecto, un día deapareciste y el mundo siguió girando. ¡qué golpe, ¿no?! No vale la pena desperdiciar la vida en un eterno acto cuando los únicos que pagamos entrada fuimos nosotros mismos. Aparte cuando ya no ponemos excusas o usamos máscaras, más gente como la que buscamos aparece alrededor.

Besos.

Salitou dijo...

Sebas!
Sabés qué? La palabra clave acá es la etiqueta "ficciones". Esto es una metáfora de la mentira, nada más que eso. Con respecto a que desaparecemos y el mundo sigue girando... bueno... digamos que se cuánto tardarían en darse cuenta que ya no estoy, y creeme que en muchos casos parece que eso no pasaría nunca jajajaja.
Somos una parte más que si falta la verdad que no se nota, si esto es triste o no, no lo se, y tampoco me molesto en averiguarlo, así es como son las cosas, a alegrarse o entristecerse por lo que si vale la pena.
Besos